Hace ya tiempo que hemos normalizado la explotación no humana, hemos perdido el contacto con la naturaleza de estas. Antes de su esclavización, las vacas pastaban libremente, se relacionaban según sus intereses buscando así su bienestar social. Hasta que un día, la especie humana decidió, como con otras especies, esclavizar a la vacas, cercándolas, privándolas de su libertad sexual, seleccionando a sus amantes según el beneficio de sus “jefes”(entendiéndose como sus dueños), apartándolas de sus hijas a los pocos días de nacer, para así poder beneficiar al capitalismo, ese mismo que nos esclaviza a todas.
En una sociedad capitalista y hetero-patriarcal, las madres no humanas son reducidas a unidades mecánicas de producción en serie.
Con el patriarcado, las animales, las mujeres, las plantas y la tierra comienzan a ser forzadas a reproducirse en contra de su capacidad natural, los ciclos menstruales fueron ignorados y destruidos.
Las hembras son sistemáticamente esclavizadas, degradadas y desvaloradas.
Son muchas las especies animales que son explotadas, pero en concreto lasdel sexo femenino sufren agonía y perpetúan su dolor por el simple hecho de ser las que dan a luz nuevas vidas para estos engranajes que nos tienen presas, y por lo tanto deben ser controladas por el capital o el patrón.
Vemos como animales humanas del sexo femenino están condicionadas por la posibilidad de quedarse embarazadas o tener hijas a su cargo; cuantas veces, en una entrevista, se convierte como norma la pregunta:
-¿Estas casada? ¿ Piensas tener o tienes hijas?.
Siendo un factor importante en el trabajo si vas a tener hijas; tanto que si te quedas embarazada tu vida laboral condicionará tu periodo de lactancia a 3 meses que es lo que te dejan de baja una vez hayas dado a luz, cuando el periodo recomendado es de 6 meses mínimo, desnaturalizando la vida. Esto hace que muchas mujeres dejen de dar el pecho para así ser rentables para el opresor, al mismo tiempo te obligan a adquirir indirectamente leche artificial beneficiando por ambos lados al sistema capitalista. Leche de origen animal no humana.
Al igual tenemos el caso de las gallinas, estos animales de sexo femenino, son forzadas a reproducirse seleccionando a las crías hembras mas capacitadas para que así sean rentables para su patrón; sus hijas son gestadas en incubadoras desde antes de salir del cascarón para que así las madres pierdan el menos tiempo posible, sin distracciones, para volver al trabajo; hace ya tiempo que también alteraron su ciclo menstrual para el consumo de huevos; una clara relación con lo que exponíamos anteriormente. Estas explotadas no son remuneradas, y las asesinaran cuando no sirvan para producir mas ganancias.
Al estado le conviene controlar a las animales del sexo femenino, tanto humanas como no humanas, el capitalismo debe controlar y explotar de tal manera, que produzcan rentáblemente sin perdidas de tiempo, y creando nuevas esclavas.
Solidaridad para todas esas mujeres, humanas y no humanas, que son explotadas por el capitalismo día tras día.
La clase trabajadora no entiende de especies.